HENNA, otra forma de tatuarse



Marruecos y sus manos embellecidas

Una de las experiencias por las que pasa alguien que visita Marruecos, cualquiera de sus ciudades, es embellecer sus manos o brazos con tatuajes de henna

Estos complicados dibujos se extienden y la mayoría acaba borrándose a la semana, pero forma parte del viaje y por eso os vamos a contar un poco más sobre ellos.

La henna es el nombre árabe que recibe el arbusto cuyo nombre botánico es Lawsonia Inemis. Su propiedad medicinal es, curiosamente, el de bajar la temperatura del cuerpo humano.

Es por esto que la costumbre en el mundo árabe de utilizar este arbusto, fue justamente para refrescarse. En el desierto era común machacar la planta hasta crear una pasta que colocaban en sus pies y manos para que se mantuvieran a baja temperatura. Al hacer esto se dieron cuenta de que la henna teñía la piel y no se iba por un largo período. Fue así como descubrieron que podrían utilizarla con fines decorativos.

Cuando el objetivo cambió, también el procedimiento. Comenzaron a secar las hojas del arbusto. Al polvo resultante lo mezclaban con agua y se generaba la tinta necesaria para teñir, tanto la piel como el cabello. Esto es gracias a que la henna tiene una sustancia que al contacto con el aire se oxida y es así como llega a actuar como colorante.

Posteriormente se elaboraron instrumentos finos hechos de plata, marfil o madera para poder aplicar la henna y hacer dibujos con ella. Este arte de pintura corporal con henna fue y es denominado en el Medio Oriente como Mehndi o Mehendi. En estas zonas su uso es muy común, sobre todo se utiliza con fines de belleza o para rituales. Es tradicional su uso en las novias de India, Marruecos, Mauritania, Egipto y Sudán.

Generalmente las novias decoran con henna sus manos y pies, recordando los primeros usos de esta tintura.

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Fuerzas Regulares



España, con un renovado espíritu colonizador tras la pérdida de las posesiones de ultramar (Cuba y Filipinas), se enfrascó en una nueva guerra en el norte de África, la guerra de Marruecos. Ante la sangría de vidas de soldados españoles que suponía, muchos de ellos bisoños jóvenes de reemplazo, y sin tener su final a la vista, las protestas de la población civil contra la participación de tropas españolas en la zona del protectorado obligaron a las autoridades a la adopción de medidas extraordinarias, autorizando un nuevo modelo de reclutamiento que ya empleaban otras potencias coloniales con mucho éxito; el reclutamiento de personal indígena sobre el propio teatro de operaciones. España también había contado con experiencias anteriores de este tipo, como los “Moros de Paz o Mogataces” en la conquista de Orán en 1509, los “Moros Tiradores del Rif” creados en Melilla en 1859 y la “Milicia Voluntaria de Ceuta” de 1887. La reglamentación establecida para esta última fue la verdadera base sobre la que se crearon los Regulares. Este personal iba a constituir el nuevo ejército colonial español de carácter totalmente profesional. De esta manera se crearon unas nuevas unidades profesionales, especialmente diseñadas para ser empleadas en la extrema vanguardia como fuerzas de choque y formadas por personal indígena que, a las órdenes de cuadros de mando españoles, fueron equipadas e instruidas para combatir en ambientes para los que estaban bien preparados y conocían a la perfección, su propio territorio. Algunas de estas unidades se formaban para campañas o acciones concretas en el tiempo y el espacio y una vez finalizadas se desmovilizaban, recibiendo el nombre de fuerzas “irregulares” (las más conocidas son las Harcas) y otras, por el contrario, se constituyeron de forma permanente conociéndose, en contraposición a aquellas, con el nombre de fuerzas “regulares”. De aquí el nombre oficial de “Fuerzas Regulares Indígenas” que se constituirían inicialmente en un Batallón de Infantería con cuatro Compañías y un Escuadrón de Caballería con plantilla, instrucción y armamento similares a los de las unidades peninsulares, con personal de tropa principalmente indígena y mandadas por oficiales y suboficiales inicialmente españoles (más tarde también se encuadrarían entre sus filas oficiales indígenas).